En la plaza aledaña al Casino oscense un grupo de algo más de doscientas personas se reúnen secundando la convocatoria de "Uesca antifascista". Junto a una pancarta con el nombre de la entidad convocante y otra segunda que reza "Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases" los reunidos corean lemas contra el fascismo y por la libertad. Una docena de banderas rojinegras completan el paisaje urbano.
Se da lectura al manifiesto. El mismo dice así:
"Hoy 20 de noviembre, conmemoramos la muerte de un luchador. Tal día como hoy murió Buenaventura Durruti combatiendo al fascismo y la reacción. También un 20 de noviembre murió el dictador fascista Francisco Franco en su cama. 48 años después, el fascismo sigue presente en las instituciones, en las más altas esferas de la sociedad y en las calles, abarrotadas de los hijos de la ultraderecha, con sus símbolos, saludos y cánticos criminales. Mientras tanto, son centenares los casos de represión contra movimientos sociales, sindicales y ecologistas.
El fascismo surge a principios del siglo pasado como reacción autoritaria y violenta ante un triunfal movimiento obrero, con el auspicio y la financiación de los grandes oligarcas de la Europa colonial. Sus idas y venidas a lo largo de la historia reciente, con múltiples rostros y cambiantes discursos, responden a momentos en los que el capitalismo se ve amenazado por la resistencia popular contra sus dictados y ofensivas. Por eso, hoy le vemos emerger en forma de escuadras parapoliciales como Desocupa, que busca combatir los movimientos vecinales defensores del derecho a la vivienda para las todas las familias.
Por eso le oímos criminalizar a quienes llegan del sur mundial, frente a la ola de solidaridad internacionalista para con las personas refugiadas y migrantes. Por eso redoblan la represión policial, judicial, y mediática contra la clase obrera en lucha sindical y sus organizaciones, como vimos con las tanquetas en Cádiz o las cargas en Bilbao. Por eso el cuestionamiento en tribunales y platós de la violencia contra la mujer en un momento en que la marea feminista avanza por todo el mundo. Por eso tratan de manipular y borrar de la memoria colectiva el recuerdo de sus crímenes, y quieren que olvidemos el ejemplo de quienes con la palabra o con las armas se opusieron a su proyecto de terror y miseria en defensa de la libertad y el poder popular Hoy la extrema derecha pretende apropiarse de la calle, pero las calles son nuestras, jamás las hemos perdido.
La lucha, las reivindicaciones y los avances pertenecen y pertenecerán al antifascismo. Los medios de comunicación intentan blanquear marchas fascistas mediante la equidistancia. Nosotras gritamos que al fascismo no se le discute, se le combate. Esta corriente neoliberal y nacionalista busca arrasar la diversidad, negar la violencia machista y criminalizar al inmigrante. Sobran ejemplos: Polonia, Hungría, Italia, Argentina o Israel. Las distintas caras del fascismo se expresen con la política del odio, de la uniformidad y el exterminio del adversario.
Como el sionismo, cometiendo genocidio en Palestina y otras masacres que siguen ignoradas, la traición al pueblo saharaui, al Kurdistán o las violaciones masivas en Tigray. Allá donde el odio intente abrirse camino, ahí nos encontraremos, plantando cara con solidaridad y apoyo mutuo, con organización vecinal y sindical, con compañerismo y antifascismo.
Las calles son y serán siempre nuestras."
Acaba la concentración con la denuncia de las últimas actuaciones de la DPH, en referencia a la supresión de subvenciones para proyectos de Memoria Democrática, y a la entente PP-VOX, que presentan la ley para la derogación de la Ley de Memoria Democrática, y lo hacen, además, en 20N.
También se hacen eco los concentrados de los ataques al colectivo LGTBIQ+.
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