"El cómic en la España de la guerra y el franquismo", por Dani García Nieto.
Ana Belén González, consejera comarcal de turismo de la comarca de Los Monegros abre la reunión de hoy, la última de este ciclo, presentando al ponente Daniel García Nieto como periodista de amplia trayectoria tanto en medios aragoneses (Aragón Digital, El Periódico de Aragón...) como en el gabinete de prensa del gobierno de Aragón.
Menciona también su faceta como docente de Historia que, además, utiliza como recurso pedagógico el cómic y, no sólo eso, participa en el mismo como dibujante y adaptador a este lenguaje, de diversos acontecimientos como la estancia de Einstein en Zaragoza o sucesos de la Guerra de la Independencia.
"Con el de hoy finalizan, continúa Ana Belén, los actos públicos programados, pero este proyecto continúa: señalizaciones y monolitos en los vestigios en Los Monegros, Tardienta, posiciones de Sta. Quiteria y las tres Huegas, San Simón, trincheras Orwell, búnker de Lanaja, aeródromo Alas Rojas de Sariñena, refugio antiaéreo de Monegrillo, centro de interpretación de Robres...".
Finaliza expresando su deseo de que estas jornadas tengan continuidad y puedan realizarse más proyectos como éste, proyectos que enriquecen el territorio.
Dani García Nieto toma la palabra e inicia su alocución agradeciendo a los organizadores su invitación al evento, agradecimiento que hace extensible al pueblo de Robres y a la comarca de Los Monegros por su inmensa labor en pro de la difusión de la cultura y del conocimiento de hechos históricos que no deben caer en el olvido.
Ya entrando en materia, cita a Antonio Altarriba, cuando dice que "La España de Franco es una España de hambre y sopas de ajo, pero también de seiscientos y brillantina; de emigración, pero también de turismo; de censura, pero también de subversión; de falangistas, pero también de tecnócratas; de serial radiofónico, fotonovela y concurso televisivo, pero también de realismo social y de poesía de la experiencia. Los treinta y cinco años de caudillismo dan para mucho y permiten, siempre dentro de una misma ignominia política, significativas alternancias.
Por encima de ellas y, más que reflejándolas, destilando la esencia misma del régimen, la historieta se instaura como medio dominante llegando a convertirse en marca distintiva de la época. La España de Franco es, ante todo, una España de tebeo".
Antonio Altarriba, el citado, es un zaragozano nacido en 1952, catedrático en la UPV de Filología Francesa, guionista y dibujante de cómics. A lo largo de la exposición es el primero de varias decenas de nombres propios que manejará Daniel entre cabeceras de publicaciones, autores, guionistas y personajes.
Remontándose a los años 30, recuerda García Nieto la pujanza del sector. Pujanza que continúa en tiempos del conflicto si bien, debido a la escasez de materia prima y aumento de precios de la misma, el tebeo debe adaptarse. De esos tiempos recuerda "Flechas y Pelayos", "Chicos" y "Zas" como revistas importantes. A nadie escapa su utilización como medio de difusión de ideario.
Dando un salto temporal, nos traslada a las aventuras de "Roberto Alcázar y Pedrín" y "El guerrero del antifaz" que, entiende el orador, que no eran trasuntos de héroes del régimen franquista o, al menos, cabe ponerlo muy en duda, habida cuenta de la filiación ideológica de sus creadores. Si bien reconoce el tufo colonialista que se desprende de algunas de sus aventuras, cuestión ésta a la que no es ajeno, y han pasado décadas desde entonces, ni siquiera Hergé, cuya obra "Tintín en el Congo" sigue estando prohibida en varios paises.
Menciona también "Hazañas bélicas", otra publicación que fue tildada de "equidistante" entre contendientes (hablamos de la II GM).
Con respecto a material orientado al público femenino, enumera "Florita", Mariló" y "Lupita" como transmisoras de valores "femeninos", siendo alguna de ellas catálogo de moda.
De la época de los superhéroes destaca el personaje de Diego Valor y atribuye su éxito a haberse gestado en la radio.
Ya en los año 50 destaca el concepto del "humor social" con una larga lista de personajes, agrupados en familias las más de las veces, que hacen de la comunión del pequeño, del pago de la letra del 600 o de la compra de un frigorífico, una aventura digna de ser documentada. Vocación testimonial del tebeo, lo denomina Daniel.
Y llega el momento de hablar de BRUGUERA, una editorial que constituyó refugio de dibujantes de vidas bohemias, y fuente de esclavismo de los mismos por las condiciones a las que eran sometidos. Lo de los derechos de autor parecía no estilarse.
Se prolonga la charla por casi una hora. Por boca de Daniel recordamos a Carlos Giménez, un niño del auxilio social que conoció Paracuellos y que en su obra gráfica plasma extraordinariamente lo que era una colonia de niños "señalados", destinados al hambre, sed, adoctrinamiento, abuso y falta de afecto. También menciona su obra "Rambla arriba, rambla abajo", recuerdos de un adolescente emigrado a la Barcelona de posguerra.
Y no parará ahí: Antonio Roca (El abismo del olvido), Daniel Torres (Picasso en la guerra civil), José Pablo Garcia (Soldados de Salamina, La Guerra Civil Española, Las aventuras de Joselito, La muerte de Guernica), Vicente Llobell (Dr. Uriel) son algunos de los nombres de autores y obras, que acompañarán a otros de revistas periódicas que forman ya parte del telón visual y gráfico de quienes pasamos esos años en jóvenes quehaceres.
La ilustración final de la charla de Daniel García Nieto es toda una declaración. Una foto de unos escolares que , dando la espalda a la cámara, miran el paredón de los fusilamientos sito en el cementerio de Torrero. Como explicación de la misma, las palabras del orador que exigen dedicación y esfuerzo para trasladar todo esto al estudiantado, junto al agradecimiento para todas aquellas personas que, con un formato u otro, tratan de llevar el conocimiento y el testimonio.
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