La actividad ha estádo orientada a profesionales de las visitas a espacios patrimoniales relacionados con el conflicto y las violencias, aunque se abre también al público general.
Organizada en colaboración con el Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza, sus ponentes son los doctores en Historia del Arte e Historia Inés Escudero, Ascensión Hernández y Diego Gaspar. También han sido parte organizadora la comarca de Los Monegros y el .ayuntamiento de Robres, además de EREA+
A las 10:30 y tras la recepción a los asistentes, comienza el acto de presentación de los actos comprendidos en esta matinal. Pedro Loscertales, presidente de la comarca de Los Monegros, rompe el fuego agradeciendo la asistencia. Incide en la importancia de las temáticas a tratar en esta jornada, la implicación de la consejería comarcal de turismo y en la necesidad e interés para la comarca de su conocimiento y extensión.
Ana Belén González toma la palabra a continuación uniéndose a los agradecimientos formulados por su predecesor en el uso de la palabra. La consejera comarcal de turismo esboza unas pinceladas biográficas acerca de los/as ponentes que ilustrarán esta mañana.
Finaliza su intervención pasando la palabra a Ascensión Hernández, coorganizadora de la jornada, que excusa la asistencia de Inés Escudero. Afirma que el sentido del trabajo, de estos trabajos que van a tratarse hoy, es colocarse al servicio de la sociedad aragonesa, ayudando para la creación de un contenido cultural de calidad y con una evidente vocación de promoción del territorio.
10.45
Diego Gaspar Celaya inicia su charla ("Recuperación y transferencia de pasados traumáticos: Guerra total en España") formulando una serie de cuestiones que derivan en dos interpretaciones de la realidad de la guerra civil: desde una más revisionista a otra memorialista. Concepciones que sirven para tertulias, pero que califica de maniqueas. Visiones que conviene conocer y que pueden aparecer en visitas abiertas al público. Interpretar las visiones encontradas de ese pasado traumático y entroncarlas con las políticas de memoria debe ser objetivo del estudio histórico.
Reducir y mediatizar la historia del conflicto en visiones simplistas. Al discurso histórico le han salido, es algo obvio, competidores del relato histórico y la contra información resultando que la mera opinión difumina la realidad del trabajo y análisis crítico de los historiadores profesionales.
Se hace necesaria la vuelta a las fuentes, el estudio e investigación anclado en el territorio e, incluso, de la escritura cuidada. Los recuerdos y testimonios deben incorporarse, con las cautelas previas, al relato histórico.
Hace un breve repaso a la evolución de la memoria histórica en España. Cree que la sociedad española que sale del franquismo, al menos en sus dos primeras décadas, muestra una indiferencia clara hacia las víctimas del franquismo. La anestesia de la transición, el cambio de amnistía por olvido, la ausencia de condena pública del franquismo, en fin, condenan "el baúl del abuelo" al ostracismo.
Es una época en que los lugares de memoria pertenecen a los vencedores, lugares como Cuelgamuros como paradigma y con el rasgo propio, y diferenciador con el resto de Europa, de la impunidad.
Tras ello es cuando la sociedad civil (nietos, sobre todo, de los asesinados) se plantea las razones por las que los padres de la Constitución dejaron a sus abuelos en las cunetas. Se unen, como factores catalizadores, una clara urgencia biológica y la difusión de las exhumaciones. Frente a ello, surge una corriente partidaria de dejar todo quieto, corriente que manifiesta su hostilidad a las actividades memorialistas.
Denuncia el peligro de banalización de memoria, debido a la inercia del trabajo que puede devenir en una relajación del espíritu crítico. Finaliza su exposición mencionando el turismo de memoria como educación cívica y desarrollo territorial. Reconocer y asimilar el pasado, aunque éste sea abominable. Habla de la interconexión de espacios de memoria y de las diferentes generaciones en las mismos, y de la alta divulgación. Y reconoce el potencial del patrimonio bélico, al que no se debe privar del contenido humano y político del mismo. Aunque sea un patrimonio incómodo.
Inés Escudero toma el relevo. "Arte y fotografía de la Guerra Civil Española" es el tema de su exposición. Desea centrarse en el valor de las imágenes como fuentes primarias de información histórica y en el vínculo entre imagen y memoria, que se hace aún más evidente en el caso de la fotografía. Huellas del pasado que conservan la memoria y transmisoras de la misma. Instantáneas que se califican por su verismo, a pesar de la posibilidad de manipulación.
Incorpora algunas de ellas a su charla mientras se remonta a la guerra de Crimea como momento inicial de la irrupción de la fotografía en el campo de batalla y comenta la ligazón entre foto y guerra.
Identifica la guerra española del 36 como la más fotogénica y de mayor impacto mediático, al que contribuyó la internacionalización del conflicto. Hila una larga lista de reporteros gráficos, tanto extranjeros como nacionales. Habla del valor histórico, artístico y propagandístico de las imágenes tomadas.
Y continúa mostrando una serie de imágenes tomadas de una cata en archivos fotográficos aragoneses. Menciona específicamente DARA. Se suceden fotos de trincheras, edificios y espacios cercanos al lugar donde se desarrolla esta charla.
Reivindica, posteriormente, la importancia testimonial de las creaciones artísticas. Muchas de ellas inspiradas en otras fotográficas previas. Se centra en Felicia Bowne, artista y miliciana sanitaria en el sector de Tardienta, tras haberse suspendido en Barcelona la Olimpiada Popular.
La producción cartelistica ocupa una buena parte de su intervención. Y cita su capacidad de testimonio y de difusión de consignas, ilustrándolo con numerosos ejemplos.
Termina refiriéndose a álbumes que recopilan imágenes y postales.
13:04
Ascensión Hernández ("Los vestigios de guerras y dictaduras. Un patrimonio incómodo", que así se titula su charla) comienza haciéndose una serie de preguntas acerca de la gestión de todos esos restos. Afirma que ni siquiera hay acuerdo sobre la denominación. Recomienda, en este punto, la lectura del libro "Que hacer con un pasado sucio", de Ángel Álvarez Junco.
¿Conservarlo o destruirlo? Ese parece ser el dilema primero. Entiende que existe un deber de memoria que obliga a conservarlo, a pesar de su nulo interés artístico, la mayoría de las veces. Corberá de Ebro como ejemplo de intervención premiada en la Bienal de Venecia; intervención en un lugar de esas características, casi derruido por completo en la conocida batalla del Ebro.
Lo contrapone con lo sucedido en la casa de Pablo Escobar en Medellín, derruida tras convertirse en un lugar de peregrinación y de dolor perenne para sus víctimas.
Habla de resignificar ya el Arco de la Victoria, Cuelgamuros y otros muchos espacios en suelo público que aún ensalzan a los vencedores de la guerra. Menciona también el caso de el Pazo de Meirás, de residencia veraniega de Emilia Pardo Bazán, a regalo para el dictador y símbolo de poder de la dictadura.
Menciona el derribo de la cárcel de Carabanchel, como pérdida de una joya arquitectónica, pérdida de un lugar de memoria de la represión franquista y, en el colmo del cinismo, de utilización de algunas dependencias como centro de internamiento de inmigrantes.
Cita diferentes tipos de espacios de memoria clasificándolos en ...
A - Espacios que construyen ciudadanía: sin maniqueismo, con rigor. Como ejemplo, alude a ...
1.- Cuartel general de las SS y la Gestapo en Berlín. Destruidos tras la guerra en la desnazificación de Alemania. Un acción ciudadana excava sus cimientos, descubriendo una parte del muro y celdas, que son destinadas a un uso divulgador de lo que fue el edificio y los usos que tuvo.
2.- Museo de la resistencia, de Lisboa. Lugar para explicar la lucha por la democracia en Portugal, en un antiguo centro de detención de la dictadura portuguesa.
B - Espacios para el recuerdo, con prioridad de recuerdo para las víctimas. Ejemplos en ...
1.- Oradour sur Glane. Ciudad francesa mártir tras la guerra e icono de la patria. Población casi totalmente exterminada tras una acción de represalia por las SS, ayudados por colaboracionistas franceses. Conflicto entre la construcción de la memoria oficial y la personal tras la liberación en los años 50 de presos franceses cómplices de la matanza. Actualmente, es un centro de interpretación que es lugar de paso obligado para todas las escuelas francesas.
2.- Memorial del muro de Berlin. Torre de vigilancia y restos del muro es lo que queda de este complejo al aire libre. Recupera la memoria de quienes lo atravesaron, o lo intentaron. Con grabaciones y fotos de ellos y de los centinelas. Incorpora testimonios de ambas partes.
C- Espacios de reuso y refuncionalización
1.- ¿Que hacer con los búnkeres? Imposibles de destruir debido a lo robusto de su construcción. La opción ha sido cederlos en uso para otros funcionalidades. En ocasiones a empresas privadas. En concreto, cita la BOROS COLLECTION y la FEUERLE collection. En ambos casos, lugares de memoria para VIPS (por lo caro de su acceso) con un uso que ha borrado todo su contenido histórico.
2.- El muro atlántico y sus bases submarinas. Cita las de Saint-Nazaire y la de Burdeos. Lo mismo: cesión a empresas privadas y poco más...
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