En la turística y bien acondicionada Bielsa de hoy, hay un lugar, un cruce de caminos, donde se alza un monolito de planta cuadrada. En una de sus caras, una placa en la base reza: "En memoria de los que todo lo perdieron por defender la libertad. Bielsa, junio 1938 - 2008". Sobre esta placa, otra con nombre , edad y casa de procedencia de veintiséis jovencísimas personas (de 20 a 26 años) muertas en el transcurso de unos hechos conocidos como " La Bolsa de Bielsa".
La Bolsa de Bielsa fue una retirada estratégica (abril - junio de 1938) en el Alto Aragón. La ofensiva rebelde de marzo de 1938 provoca el hundimiento del frente de Huesca, mientras que en los valles pirenaicos la 43ª División del Ejército Popular, a cuyo frente se hallaba el mayor de milicias Antonio Beltrán Casaña conocido como "El Esquinazau", mantenía una resistencia férrea contra la III División Navarra del general Iruretagoyena.
La 43 división debe retirarse hasta más allá de la frontera francesa, llevándose en su maniobra a población civil y todo lo que ella pudiera transportar en su huida. Dedichos sucesos hay abundante muestra fotográfica, parte de la cual se conserva en el Museo de Bielsa. Algunas de esas fotos han llegado a convertirse en imágenes icónicas que reflejan el profundo dramatismo de la población civil en los conflictos bélicos.
Pues bien, un año más (y van ya dieciséis ediciones), la Asociación Sobrarbense "La Bolsa de Bielsa" organiza unas jornadas de encuentro tanto con algún combatiente de aquella época, algún civil que vivió este periodo (¡¡que pocos van quedando!!), republicanos de diferentes partes de España y descendientes del exilio.
Además de conferencias, presentaciones de libros y exposiciones, en estas jornadas hay dos actos que son imprescindibles. Por una parte la subida a Puerto Viejo, este año con descenso por la parte francesa, la misma ruta que siguieron los perseguidos. Por otra parte, siempre en domingo, siempre a las 13:00 horas y siempre en el monolito al que se ha hecho referencia anteriormente, la concentración-homenaje que es el punto final de las jornadas. Intervenciones de las asociaciones presentes, ofrenda de flores, el canto de "Bajo dos tricolores" y "el canto a la Libertad", las sesiones de fotos habituales y las despedidas hasta una próxima vez.
Este año, los asistentes que han venido de más lejos, lo hacen de Méjico. Se trata del nieto de Leopoldo Ramírez Jiménez acompañado de su familia. Par entender su presencia en este acto, basta saber que el citado Leopoldo era militar profesional que participó en varios episodios de la guerra española de 1936 (Bielsa y el Ebro, entre otros) y que formó parte del Estado Mayor de la 43 división. Su pista se pierde en el exilio mejicano. Y, ahora, volvemos a saber de él.
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