Las actividades de esta, normalmente, bianual fecha de conmemoración de la carrera ciclista que se inició como homenaje a las gentes sublevadas en Jaca en diciembre de 1930, comienza con una comida de hermandad en el restaurante La Cadiera de Jaca. Treinta y cinco comensales entre ciclistas, organizadores, personal de apoyo y simpatizantes. A los postres, interpretación del himno de Riego, algunas intervenciones agradeciendo la asistencia y, raudos, a recoger las bicicletas.
Y, de allí, al ayuntamiento de Jaca, donde esperan los concejales Laura Climente, Daniel Ventura y Chema Martínez, junto al veterano corredor local, el ciclista Justo Marcuello. Se suceden las intervenciones de los presentes, agradeciendo nuevamente la asistencia y el entusiasmo tanto al público como a las personas que montarán las bicicletas en unos minutos. Miguel Ramón Cored hace un sintético recorrido por la intrahistoria de la prueba, enumerando brevemente anécdotas de la época.
El presidente de la Peña Ciclista Bonavista, coorganizadora del evento, insiste en el carácter no competitivo de la prueba, aprovechando también para dar algunas instrucciones de seguridad en el recorrido.. Tras ello, seguirá la entrega de diplomas a personas y entidades destacadas ,y el corte de la cinta a cargo de la concejala Laura Climente.
Iniciada ya la prueba, los restos de público que quedan en Jaca acompañarán a José María Pérez a visitar su colección de objetos relacionados con el ciclismo. Innumerables maillots, muchos de ellos con historia propia relatada por el coleccionista, bidones de agua, bicicletas históricas, gorras, cascos y una hemeroteca que haría las delicias de cualquier investigador de la historia ciclista en muestro país.
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