La primera charla de esta XV jornadas republicanas de Huesca corre a cargo de Toño Moliner, vocal de memoria histórica del CRMAHU. En su haber, la recopilación documental y el trabajo investigador que cuajó en el libro "Nunca hemos oído pedir perdón" editado con el CRMAHU y que constituyó un breve manual de consulta de la represión habida en Huesca. También, en su hoja de servicios, el impulso decisivo para la construcción de Memorial Galán - García que, aún hoy en día, sigue guardando memoria y reconocimiento, a escasos metros de donde fueron asesinados, a los capitanes del frío.
No sólo eso. Toño Moliner ha estado presente con papel protagonista, en la práctica totalidad de eventos y proyectos del CRMAHU: Memorial 545, limpieza de tumbas y adecentamiento de lugares de reposo relacionados con el republicanismo y, sobre todo, la ya larga lista de exhumaciones habidas en esta ciudad y la devolución a las familias de los restos de la víctimas. Y, todo ello, sin ánimo alguno de lucro.
Esta tarde Toño Moliner nos habla de los personajes oscuros (algunos no tanto, por lo conocido de su actuación) cuya presencia es poco contemplada por la Historia; aquellos que fueron los encargados de cumplir las órdenes emanadas del estamento sublevado y ejecutar la represión en cualquiera de sus formas.
Falangistas de negros apodos (el tuerto, el metralletas, el mantecas...), miembros de la guardia civil, personajillos varios que pulularon alrededor de los muros ensangrentados oscenses, militares, sacerdotes y capellanes, jueces y secretarios judiciales, un enterrador, un profesor de historia, un abogado del Estado, escritores y periodistas... Recorremos su tumbas y, ante las mismas, se nos dan detalles biográficos acerca de su peripecia vital, que van desde la muerte en acto de guerra a una cómoda vida, tras el final de la misma, con proliferación de cargos honoríficos, medallas pensionadas y demás distinciones.
Y no sólo de represión política y/o militar trata la charla. También ocupan la atención del orador el escándalo de los bebés robados que, con la excusa de una caridad muy sui generis, crear un negocios cuyos tentáculos llegan hasta hoy día y que, junto a la estafa de las inmatriculaciones, destacan el papel de la iglesia del Estado surgido tras la guerra del 36.
Una charla que rescata del olvido, también, los nombres de estas personas que contribuyeron al dolor en Huesca. Personas que escaparon a la justicia humana bajo el paraguas de la longeva dictadura que siguió a la guerra española de 1936. Y que, desde luego, está muy bien conocer y recordar.
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