Concentración memorialista en el Memorial 545 con repulsa por la derogación de la ley de Memoria aragonesa.
3 de marzo de 1938. Noventa segundos bastaron para incluir Alcañiz en la interminable lista de ciudades víctimas de la barbarie de la guerra. Y, de paso, para dejar sin vida a un número indeterminado de personas, que se cifran en algo más de medio millar. El acto criminal fue ejecutado por catorce bombarderos Savoia de la aviación legionaria italiana, que descargaron, en ese minuto y medio escaso, diez toneladas de bombas.
Y, tras ello, la desinformación (al tomar los sublevados lo que quedaba de la ciudad, atribuyeron en un primer momento su estado a política roja de tierra quemada) y, tras ésta, el silencio y el intento de enterrar en el olvido este capítulo de nuestro pasado reciente. Hasta que una ley cercana en el tiempo, y aún más cercanamente derogada, consagró este 3 de marzo como fecha institucional de recuerdo a las víctimas de la guerra.
Y este 3 de marzo del 2024, primer 3 de marzo de esa fecha de significado "derogado", un nutrido grupo de personas se ha acercado, tras la convocatoria efectuada por el PSOE local y el Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca (CRMAHU) y con la colaboración y adhesión de organizaciones sindicales, políticas, ciudadanas y culturales de toda la provincia, al Memorial 545 (pirámide habitual escenario de eventos de marcado carácter memorialista) para manifestar su repulsa a la derogación de la norma mencionada, a la vez que realizaban un homenaje floral a las personas víctimas de la guerra y la represión franquista.
Fotos evento, en este ENLACE
Según se acerca el mediodía, y asciende por la empinada senda que lleva a la pirámide truncada el variopinto elemento humano que asistirá al evento, Carlos Escartín y Silvia Salazar (presidente del CRMAHU, uno y, concejala socialista de Huesca, otra) atienden a los medios de comunicación. Carlos Escartín relata que su presencia en esta fecha es absolutamente predecible, aunque el CRMAHU en el proceso participativo de elaboración de la Ley de Memoria Democrática de Aragón, abogaba por hacer del 23 de agosto (data infame en Huesca) la fecha designada. Añadía Escartín que “ahora, las víctimas de la Guerra Civil y de la represión que vivió este territorio durante la dictadura han quedado indefensas; se ha paralizado todo protocolo de reparación con el objetivo de retornar al silencio que impuso la derecha durante décadas”
Por su parte, Silvia Salazar ha indicado que “no es casualidad que el 20 de noviembre, PP y Vox comenzaran los trámites para derogar la Ley de Memoria Democrática” y recordaba que este mismo jueves día 29 se hizo oficial con la publicación en el Boletín Oficial de Aragón de la derogación de esta norma.
“Era una ley justa e imprescindible, que recogía los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición” señalaba. “Un texto legal moderado y razonable que buscaba cerrar las heridas del pasado, no mediante su negación u olvido, sino garantizando el reconocimiento a las víctimas independientemente de su significación política”.
El acto, en sí, comienza con la lectura del manifiesto conjunto elaborado por las organizaciones asistentes. Procede a su lectura el profesor de Historia de la UNIZAR, y hasta hace poco días, director de IEA, Alberto Sabio Alcutén que, antes de hacerlo, expresará su posición favorable a una ley hacia la de que se deshace en elogios, y manifestará su temor de que el alcance, aún no suficiente, de nuestra historia reciente en la educación pueda atentar contra el principio de no repetición de los bárbaros actos.
En el manifiesto se indica que la ley derogada era una ley justa e imprescindible, acorde con los principios establecidos por Naciones Unidas para la defensa de los derechos humanos frente a la impunidad con el fin de defender los derechos de las víctimas al recoger los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición.
También que la ley derogada era acorde con la Constitución, en especial con el artículo 10 y que respetaba nuestro Estatuto de Autonomía al incorporar los valores de la no violencia, la tolerancia, la participación, la solidaridad y la cultura de la paz.
Y, por supuesto, que la ley derogada era un texto legal moderado y razonable que buscaba cerrar las heridas del pasado, no mediante su negación u olvido, sino garantizando el reconocimiento a las víctimas independientemente de su significación política, pero sin caer en una falsa equidistancia promovida por la derecha que persigue invisibilizar a una parte de las víctimas.
Y el manifiesto , en otro momento, exige a las administraciones aragonesas que acaten la Ley 20/2022 de 19 de octubre de Memoria Democrática, faciliten el cumplimiento de las obligaciones derivadas de ella y participen lealmente en las reuniones del Consejo Territorial de Memoria Democrática, en tanto las Cortes de Aragón repongan la Ley de Memoria Democrática de Aragón.
Se exige también colaboración facilitando gestiones administrativas y económicamente, cuando sea preciso, con las
asociaciones memorialistas con el fin de continuar con su labor de construcción, preservación y difusión de la Memoria Democrática en Aragón y en especial de su trabajo en la localización, identificación y reinhumación de desaparecidos, así como la expresión de forma clara y contundente de su apoyo a las víctimas y la condena del franquismo de manera inequívoca tal y como han pedido repetidamente organismos internacionales como la ONU.
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Terminada la lectura, y con el telón sonoro de Caiters de Tierra Plana, comienza la ofrenda, plural e individualizada, tras la colocación de una primera corona de laurel en la primera placa de nombres a honrar.
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