Bienvenidos/as al blog del CRMAHU

Bienvenidos/as al blog del CRMAHU .- Círculo Republicano "Manolín Abad" de HUESCA

martes, 28 de octubre de 2025

La Pantera Rossa de Zaragoza acoge una charla acerca del Sexenio Democrático y la Primera República Española.


Este lunes 27 de octubre se ha impartido la charla “Revolución y República: El Sexenio Democrático (1868-1874)” a cargo del historiador oscense Carlos Ángel Migliaccio Burgueño en la librería La Pantera Rossa en Zaragoza. 

Esta charla se inserta dentro del ciclo de actividades de divulgación histórica organizado bajo el título genérico “la Escuela Republicana” por el Ateneo Republicano de Zaragoza. 

El presentador del acto, Jesús Escartín, ha comenzado agradeciendo la asistencia a los presentes y, en concreto, ensalzando el valor de la Historia y las humanidades en la forja de un espíritu crítico comprometido con la defensa de los derechos conquistados. En dicho empeño está el orador de esta tarde quien, pese a su juventud, tiene ya una amplia trayectoria como divulgador y activista republicano.

A la presentación siguen 50 minutos de charla que comienzan analizando las causas de la revolución, e incidiendo en la profunda crisis que atravesaba España en 1866, crisis que se cebó especialmente en sectores tales como el textil catalán ( la guerra civil estadounidense había significado una escasez de producto algodonero que implicó que la producción del sector textil se resintiera, iniciando una etapa de recesión económica), la burbuja especulativa generada por las inversiones de fondos de crédito en la industria del ferrocarril estalló en el mes de mayo, generando importantes pérdidas en el acero y el metal español., y, por último, la crisis de subsistencias se tradujo en una carestía y falta de acceso a bienes básicos que afectó con especial gravedad a las clases más humildes. El precio de productos como el trigo, el arroz y el bacalao se multiplicó por seis debido a la galopante inflación. Todo ello condujo a la crispación social generalizada en la población española. 


Además, hay que sumar que el desencadenante de la revolución fue la inestabilidad política, esto es, el líder del partido moderado y presidente del gobierno, el General Narváez, disolvió las cortes y suprimió el derecho al voto de censura (actualmente moción de censura) en una estrategia autoritaria de perpetuarse en el poder con la complicidad de la Monarquía isabelina. Ante esto, la oposición entendió que la única vía para alcanzar el gobierno es la insurrección armada. Así pues, a iniciativa del General Juan Prim, líder del partido progresista, se firmó el Pacto de Ostende el 16 de agosto de 1866, en virtud del cual los revolucionarios se comprometían en la consecución de los dos puntos que en el mismo constaban: El derrocamiento de la monarca Isabel II y la formación de un gobierno provisional que decida el futuro de la nación. 

A esta contextualización inicial, seguirá una exposición en la que se ha dado a conocer nombres e, incluso, grabados y fotografías de los que van a ser protagonistas de este periodo. Capítulos especialmente intensos son la destitución del general Leopoldo  O´Donell tras la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil (el 22 de junio de 1866 tres regimientos de artillería, de tendencia progresista, del citado cuartel se alzan en armas contra la reina, pero fracasan. La reina exige a O´Donell, que era el presidente de gobierno por aquel entonces, que ejecute a mil participantes de la sublevación, pero éste se niega y únicamente (?) manda fusilar a 66 personas, la mayoría de ellos sargentos. Ante la desobediencia del General, la reina decide cesarlo y nombrar presidente de gobierno a Narváez) y la proclama de Topete (el 18 de septiembre de 1868, el brigadier Juan Bautista Topete subleva una escuadra de marina en Cádiz y desde la fragata acorazada llamada Zaragoza, proclama la revolución con la lectura de un manifiesto redactado por Adelardo López de Ayala, cuyo lema ha pasado a la historia: “Viva España con honra”. Se unió entonces Prim al grito de “abajo los Borbones”, y poco después lo haría Serrano desde Canarias). Comenzaba así “La Gloriosa”.



Tras varias consideraciones consideraciones acerca de las incertidumbres del periodo y el futuro complicado de la monarquía (hace aquí referencia a una caricatura de sátira política denominada “La Corona a Subasta” y publicada en “La Flaca”) se referirá al atentado de la calle del Turco, en que se asesinó al General Prim. Con esto, el nuevo rey, Amadeo de Saboya, perdía a su principal valedor días antes de empezar su reinado. El 2 de enero de 1871 Amadeo juró la Constitución ante el parlamento y tomó posesión del trono. 

Llegados a este punto, el ponente se refiere a la interpretación historiográfica del reinado de Amadeo I (1871-1873) como un fracaso absoluto. Se trata de un rey que no hablaba apenas el español, que era constantemente ridiculizado por la población con motes burlescos como “Macarroni I” en alusión a sus orígenes italianos, y cuya legitimidad no fue reconocida por los grupos parlamentarios de la oposición. Por un lado, los republicanos seguían aspirando a la construcción de un Estado con jefatura electa mientras que para los carlistas suponía poco menos que una blasfemia permitir reinar a una dinastía extranjera. De hecho, estos se alzaron en armas en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), llegando a formar un Estado paralelo conocido como Gobierno de Estella con un ejército de unos 45 mil hombres que defendían los fueros tradicionales, al pretendiente Carlos VII y la fe católica. Incluso la misma Iglesia católica española le dio la espalda al nuevo monarca, considerándolo un rey hereje, puesto que su casa real había arrebatado territorios pertenecientes a los Estados Pontificios durante la Unificación italiana. Amadeo I sufrió un intento de asesinato en la Calle del Arenal de Madrid el 18 de julio de 1872. En apenas dos años se sucedieron 3 elecciones generales y 6 gabinetes ministeriales. En definitiva, el 10 de febrero de 1873 el propio Amadeo decidió abdicar del trono y abandonó el territorio nacional con la frase “España es ingobernable”.

Al día siguiente 11 de febrero de 1873, unas Cortes de mayoría monárquica proclamaban la I República Española (curiosidades de la historia), como salida ante el vacío de poder generado con la marcha de Amadeo. El historiador se detiene en este momento para reflexionar acerca de la crudelísima visión que ha trasmitido la historiografía tradicional sobre el período republicano, tildándolo de convulso o caótico, cuando lo cierto es que si se compara con otros tantos momentos del siglo XIX español no destaca especialmente por estos atributos. Subraya igualmente el orador el contexto especialmente desfavorable en que se proclamó la República. El Estado arrastraba una acumulación de deuda de 156 millones de pesetas, la guerra carlista se tornaba realmente preocupante en las regiones del norte y de Cataluña. Los enfrentamientos internos entre republicanos “transigentes” e “intransigentes” debilitaba por momentos el gobierno republicano que, durante su corta duración de apenas 11 meses, presenció el paso de hasta cuatro presidentes del ejecutivo: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Además de todo ello, se añadía una nueva preocupación para los gobiernos republicanos: La Guerra de los Diez Años en Cuba iniciada tras el “Grito de Yara” protagonizado por el independentista Carlos Manuel Céspedes empeoraba sustancialmente y por último, el desafío del cantonalismo, cuyo máximo exponente fue Cartagena, amenazaba la estabilidad política mediante sus constantes demandas de la consecución de un Estado federal construido “de abajo a arriba”. Mientras tanto los monárquicos, con Antonio Cánovas del Castillo al frente, se habían movilizado redactando el Manifiesto de Sandhurst, firmado por Alfonso XII en que prácticamente se restituía su legitimidad para acceder a la corona española. Finalmente, el 3 de enero de 1874, el General Pavía protagonizó un golpe de Estado que disolvió las Cortes sin encontrar demasiada resistencia y el 29 de diciembre el General Arsenio Martínez Campos se sublevaba en Sagunto y, tomada la capital, reinstauraba en el trono a la dinastía borbónica encarnada en la figura de Alfonso XII. Suponía el fin de la experiencia revolucionaria del sexenio y del sueño republicano, arrancaba el período de la Restauración Borbónica, el turnismo dinástico en amañadas elecciones y la oligarquía y el caciquismo que describía Joaquín Costa. 

Termina así la exposición que es seguida de un animado debate.







sábado, 11 de octubre de 2025

La Amicale de antiguos guerrilleros visita lugares de memoria democrática en Huesca.



La organización francesa combina viaje e historia en sus actividades de turismo bélico.

No es la primera vez que visitan estas tierras, tras las huellas, muchos de ellos, del paso de familiares en los años de la guerra española de 1936.

La asociación "Amigos de antiguos guerrilleros" consta de cerca de 700 miembros en Francia. Muchos de ellos hijos y nietos del exilio español. Habitualmente organizan viajes que visitan lugares de los que han oído hablar a sus antepasados.

En esta ocasión, y ya en tierras oscenses, han recalado en días anteriores en Jaca y Ainsa, siendo en estas plazas acompañados por miembros de la organizaciones republicanas del lugar. En el día de hoy, sábado 11 de octubre, su itinerario pasa, en primer lugar,  por el Centro de Interpretación de la Guerra de Robres donde son recibidos por la historiadora y escritora Gemma Grau Gallardo, así como por una delegación del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca (CRMAHU), con Carlos Escartín, su presidente. A la cabeza de la organización francesa se encuentra Raimon San Geroteo.

La visita, como es habitual en el CI de Robres es amena y dará lugar a muchos comentarios. Asisten a la proyección del documental, escuchan las explicaciones de Gemma y curiosean en las dos plantas superiores donde podrán observar, armas, carteles, documentos y fotografías.

El siguiente punto de atención se sitúa en el parque "Mártires de la Libertad" de Huesca y, en concreto, en el Memorial 545. Allí, Carlos Escartín les explicará, auxiliado por las traducciones de Raimon, los pormenores de la gestión y ejecución del proyecto. La visita cultural, en sentido estricto, finaliza en el Memorial Galán - García donde, tras las pertinentes indicaciones se retoman las fotos de rigor. Conviene aclarar que el grupo venía ya instruido de Jaca y conocía el episodio de la sublevación de los capitanes del frío en detalle.

Para finalizar esta mañana de emociones y cultura, se han trasladado al Asador Esperanza de Quicena, donde se ha celebrado una comida de camaradería y fraternidad republicana que ha sido convenientemente amenizada por los integrantes Gaiters de Tierra Plana, con un mini recital en el que se han combinado himnos de la época y folklore aragonés.















viernes, 10 de octubre de 2025

La virgen del Pilar dice ... ( Usos políticos de la Virgen del Pilar)


        Texto: Carlos Migliaccio Burgueño   -   Fotos: NEOFATO

Prosigue la Escuela Republicana de Zaragoza con su incansable esfuerzo en favor de la difusión didáctica y crítica de nuestra Historia. Fue el turno ayer, día nueve del corriente mes de octubre, de Don Francisco Javier Ramón Solans, doctor en Historia Contemporánea por la universidad de Zaragoza y en colaboración con la universidad de París. Su charla versó, como indica el título de esta crónica, acerca de los usos políticos de la Virgen del Pilar.Permítaseme recordar que dicha charla ha sido impartida, nada menos, que en pleno corazón de la capital aragonesa y durante las fiestas que responden al mismo nombre. Ahí es nada.



His rebus dictis, el ponente apoyó elegantemente su discurso en sus investigaciones doctorales, que había tenido a bien reflejar en la senda publicación de dos libros: El primero recibe el título de “La Virgen del Pilar dice… Usos políticos y nacionales de un culto mariano” mientras que el segundo se denomina “El Pilar, identidad y mito”. Así pues, comienza afirmando que, a pesar de existir una clara alineación de la Iglesia católica con los postulados contrarrevolucionarios y reaccionarios durante la Guerra de Independencia, esto no impidió que la imagen de la Virgen del Pilar fuera instrumentalizada como símbolo indistintamente por uno y otro bando, independientemente de la orientación política (liberales exaltados y moderados, absolutistas, afrancesados, etc). Unos se servían de ella para intentar legitimar el régimen napoleónico mientras que, por el contrario, los otros la orientaban hacia la construcción de una identidad entendida desde un emergente nacionalismo español. Lo cierto, de acuerdo con el señor Solans, es que el episodio de la aparición carnal de la virgen en Zaragoza data del siglo XIII y que, si bien la propia Iglesia la reconoce como “piadosa tradición”, jamás ha corroborado su veracidad. 


Se mencionan entonces tres momentos clave en la formación del mito en torno a la virgen zaragozana: En primer lugar, el conocido milagro de Calanda, en que por intercesión de la santa un hombre recuperó una pierna que le había sido amputada. Por otra parte, la unificación de los cabildos catedralicios y por último la vinculación en estrecho lazo del ayuntamiento, poder civil municipal, con la imagen de la Virgen, lo cual dificultó, según este historiador, el proceso de secularización del pensamiento político, esto es, la separación entre la Iglesia y el Estado, la diferenciación de la esfera pública política y la esfera privada de los sentimientos religiosos. Ejemplo de ello fueron las tensiones sociales derivadas de las propuestas de republicanos y demócratas en torno a la década de 1850 referentes a la libertad de culto. Se detalla a este efecto que la leyenda detrás del pilar en que se apareció la virgen dicta que mientras dicho pilar permanezca en pie, la confesionalidad católica de España permanecerá asegurada. 


Es de entender, por consiguiente, que cualquier propuesta tendente a unos aún tímidos avances hacia la apertura de la tolerancia religiosa y la aconfesionalidad del Estado español, fueran percibidas como amenazas por la mentalidad colectiva de la época. Este proceso fue en aumento hasta que, durante el sexenio revolucionario, incluida la Primera República, se celebraron fiestas completamente laicas. La respuesta de los sectores católicos más conservadores no se hizo de esperar; se inundaron calles y plazas de penitentes en rezo, en no pocos casos mayoritariamente mujeres, que manifestaban la catolicidad de la nación española. Más adelante, durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, se promocionó desde el gobierno militar la consagración de la identidad española como indisociable de la católica a través de lo que el ponente bautiza como “ceremonias africanistas”, es decir, celebraciones de las victorias españolas en el Rif consistentes en la adoración y procesión de ídolos religiosos católicos. Sin embargo, la tendencia política durante la Segunda República sería completamente contraria. Resulta notoria la política laica del gobierno del primer bienio republicano-socialista en lo que compete a asuntos tales como la aprobación del matrimonio civil, el divorcio, la secularización de cementerios y la retirada de figuras religiosas de espacios públicos (tal y como le sucedió a la imagen de la virgen en la sala principal del ayuntamiento zaragozano).



 Ante esto, la Iglesia contestó avivando la sensación de sufrimiento por culpa de una supuesta persecución anticlerical, que acabó canalizando en el estallido del golpe de Estado fascista de Francisco Franco Bahamonde, entre otros militares de alta graduación africanistas, el 18 de julio de 1936. Huelga decir que de inmediato la Iglesia se posicionó en su inmensa mayoría con el bando faccioso, legitimando el golpe al ensalzarlo a la categoría de “Santa Cruzada Nacional”, momento desde el que el nacional-catolicismo se esforzó intensamente por aplicar una lectura interesada y tergiversada del pasado, estableciendo para ello el día 12 de octubre como el “día de la raza y la hispanidad”. Se imponía entonces con la victoria de los franquistas una cosmovisión basada en el odio y exterminio de las “hordas marxistas y separatistas” mediante la intransigencia religiosa y la exclusión de todo lo no católico agrupado bajo el término genérico de “La anti-España”. 


Concluye el orador con la siguiente reflexión: Aunque estas estructuras mentales tan devocionales nos puedan parecer propias del pasado, conviene traer a la memoria que durante la pandemia COVID-19 se realizaron ofrendas virtuales a la virgen en estas mismas fechas, ergo, se trata de actitudes y comportamientos sociales con más protagonismo en el presente del que pudiéramos pensar. Cierra su intervención aludiendo a que de nosotros depende dotar del sentido deseado a este símbolo. Podemos enorgullecernos de que uno de los primeros lugares en que se juró la Constitución de Cádiz durante la guerra de 1808 fue en la catedral de Zaragoza frente a la virgen, o bien centrarnos en los agradecimientos de los requetés navarros a la misma por su favor para vencer en la Guerra Civil. Las imágenes existen, pero somos los seres humanos quienes las dotamos de significado.


Por concluir, mencionar el éxito absoluto de un público participativo y genuinamente interesado por el asunto tratado en una grata velada haciendo aquello que a la Escuela Republicana le resulta innato a sus valores tricolores (y que hace con una encomiable y admirable maestría intelectual y académica): la agitación de conciencias a través del conocimiento reflexivo y crítico de nuestros tiempos pretéritos y de nuestra identidad más cercana, le pese a quien le pese.