Desde que el pasado lunes día dos de junio anunciara Juan Carlos la abdicación de su condición de rey, los actos de comparecencia de la casa real se han multiplicado, en una maniobra mediática que trata de lavar la cara de la depauperada monarquía en beneficio del heredero de la corona, Felipe VI “el preparado”. Pero lo que podría quedarse en anécdota, sólo como un intento de mejorar la imagen de la democrática monarquía española, se ha visto corregido y aumentado por una cohorte de lameculos institucionales, políticos y mediáticos que han corrido a engrandecer la figura del heredero como el Borbón mejor preparado de la historia española.
Todo ello sin plantearse siquiera la conveniencia o no de preguntar a la ciudadanía por su voluntad de mantener o no a la monarquía, por muy constitucional que sea, como forma de gobierno para las futuras generaciones, tan preparadas, intelectualmente hablando, como el príncipe heredero. Eso cuando no han sido, como Alfredo Pérez, defensores ultramontanos de los pactos políticos de la transición, como si de una mera formalidad más se tratara y los condicionantes fueran los mismos que después de la muerte del dictador. Y sin tener en cuenta la nula legitimidad, aunque fuera legal, que ha tenido esa institución para muchísima parte de la ciudadanía. De hecho Juan Carlos I juró las leyes fundamentales del Régimen y fue impuesto por Franco en una última maniobra de “cambiarlo todo para que nada cambie”.
Ahora pretenden darle al heredero carta de legalidad constitucional y así perpetuar un régimen político extemporáneo que ya sólo permanece en las viejas estructuras de las monarquías europeas. Es allí donde el peloteo mediático está incidiendo para presentarnos al “nuevo Borbón” en olor de multitudes democráticas, y así barrer con nuevos y jóvenes vientos toda sombra de ilegitimidad, con toda la legalidad institucional, sobre en nuevo rey. Vergonzoso y bochornoso espectáculo mediático que se une al pan y circo del mundial de fútbol cual analgésico social, preparando un tranquilo verano y aquí no ha pasado nada. Todo correcto. Un príncipe que hereda la corona de su padre, el rey, con la normalidad y la legalidad constitucional, olvidando sus orígenes y las circunstancias que rodearon el retorno a la monarquía en España, tras un golpe militar que acabó con la legalidad Republicana salida de las urnas municipales tras la victoria del Frente Popular.
Poco o nada se dice en los medios de eso y pocas voces republicanas, ni las de corazón ni de las de la razón, se escuchan contraponiendo las dos formas de gobierno y sopesando pros y contras.
Tímidas voces pidiendo en las calles un Referéndum y la apertura de un proceso constituyente que, al menos por ahora, no van acompañadas de un serio programa político y social, que defienda lo público y los derechos laborales y la negociación colectiva arrebatados desde Europa con la escusa
de una crisis creada por el capitalismo, que vamos a acabar pagando los ciudadanos europeos, con un precio tan desorbitado como injusto e ilegítimo, económica y socialmente hablando.
Hay que seguir en las calles reivindicando la restitución de La República pero dándole, además, un contenido social mediante un programa básico consensuado con todas las fuerzas políticas progresistas y elaborado horizontalmente desde las bases. Y no caer en la posible trampa de un referéndum manipulado o de un proceso constituyente excesivamente farragoso, que nos impida ver una República consolidable en el tiempo y no a cualquier precio. No hay prisa. Hemos esperado tantos años que poco importan unos meses más. Hemos de ver el proceso de evolución de la coronación en el primer tramo de la “nueva andadura”, así como la deriva de participación en las próximas elecciones municipales y generales. La República “per se”, no es la panacea de resolución de todos los problemas del Estado, pero debe ser la base de la regeneración política de este país que no tiene, ni de lejos , los políticos que se merece. Ni mucho menos, el rey.
Salud y pronta República
Carlos Escartín Otín. Huesca, 10 de junio de 2014
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