Por las vacías calles,
pesadillas latían.
Ya tristes, encerradas.
En las noches frías
bajo el juramento de la luna,
un sueño crecía,
¡un sueño sin igual!
¡Un capitan!
¡Dos capitanes!
abrigaban un sueño,
le daban vida, lo moldeaban...
y este sueño latía.
Con coraje, amor y valentía;
entregaron sus vidas sin igual,
y bajo disparos y sangre; el sueño surgió.
Tristes hoy recordamos esos días de valor.
Felices estamos de ser parte de este sueño sin igual.
Dedicado a la memoria de mi tío abuelo el Capitán Fermín Galán Rodriguez y del capitán García.
Recitado en Huesca, el 15 dic. 2012. a los piés del memorial que los honra
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