El Círculo Republicano Manolín Abad opina que sin divulgación el cambio "vale de poco"
HUESCA.- Pasados unos días de la efeméride de la muerte del dictador Francisco Franco, el Círculo Republicano Manolín Abad opina que el cambio de nombres de calles franquistas en la capital altoaragonesa no es tan importante "si previamente no se realiza una labor histórica" para enseñar a la ciudadanía quienes fueron esas personas y se explica por qué se retiran esas denominaciones, explica Carlos Escartín, presidente de la agrupación.
"Pienso que antes se tiene que explicar por qué, porque si no no merece la pena", agregó Escartín, que recordó el origen franquista de algunas de las calles y plazas más populares de Huesca, como la plaza Navarra (por los voluntarios requetés) o los Porches de Galicia (por los voluntarios del bando golpista procedentes de esa región).
Otro ejemplo que citó Escartín fue la calle Voluntarios de Santiago, así llamada por los oscenses que se alistaron voluntariamente en los requetés y carlistas.
Añadió que muchos de los lugares con nombre franquista "están dentro del acervo popular" pero con un significado "distorsionado" y la gente "ya está acostumbrada", por lo que "rebautizar el nombre de las calles a las bravas, salvo las obvias, si no se hace una labor histórica antes, vale poco", indicó el presidente del Círculo Republicano.
"Ir contra el acervo popular y la costumbre es difícil", insistió Escartín, que opta por realizar "más política cultural que de trinchera".
Puntualizó que los casos más obvios que tenían que cambiarse, como la calle General Franco (hoy, calle del Parque) o Primo de Rivera (Miguel Servet), ya recibieron un nombre sin vinculación con la dictadura en los primeros años de democracia.
En otro orden de cosas, Escartín dijo que "llama mucho la atención los nombres religiosos en edificios públicos, como el Centro de Salud Santo Grial".
Texto:Oscar Isarre. Diario del AltoAragón. 08.12.2011
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