El pasado 14 de octubre ha muerto en Terrasa (Barcelona) José Bailo Ramonde. Un
personaje para la historia reciente, por su compromiso antifranquista y sus
valores republicanos , por los que aposto desde su juventud partiendo de una
posición que pudo ser muy acomodada. Había nacido en Cedeira, en la maravillosa
costa de las rías altas coruñesas, en 1929, hijo de un maestro de primera
enseñanza, que debió querer para su hijo un futuro seguro, de acomodo y sin turbulencias. Por ello que siguiendo
los traslados del padre, llegó a Tarazona (Zaragoza) , donde ingresaría en su
seminario y continuaría su formación en la prestigiosa universidad pontificia
de Comillas, licenciándose en Teología y especializándose en Humanidades
clásicas. Aquí, según relata su compañero Rafael Manero, ….desde su llegada en 1949 aparece
como tenor solista en la escuela de canto…musicalmente fue una revelación…
Como sacerdote , decidió por consejos paternos opositar al cuerpo de capellanes
castrenses, donde en BOE de 1955 aparece con el grado de oficial del ejército
español con destino en Tarazona.
Esta parte tan exquisita de su vida pronto se vería trocada
por sus inquietudes culturales y
sociales. Pidió traslado a Valencia y aquí pudo matricularse en su
universidad para cursar estudios de Filosofía y Letras. La agitación
estudiantil y obrera antifranquista de finales de los cincuenta y primeros
sesenta no le fueron ajenas y pronto
tomó parte en ellas, lo que le costó un Consejo de Guerra militar y una
petición inicial de condena a muerte. Encarcelado en prisión militar y luego
liberado, quizás por las influencias de la renovación vaticana, abandono
el ejército y también su condición de
cura. Hay que decir que tanto antes como
después fue codiciado por la izquierda organizada, y en especial por la dirigencia
del PCE, que en una reunión de Paris, el propio Carrillo y sus adláteres le llegaron
a proponer su reincorporación al ejército para hacer labores clandestinas de adoctrinamiento y propaganda , a las que
José se opuso abruptamente.
Huesca. Abril 2015. Jornadas Republicanas. José e Irene, 3º y 4º izquierda.
Como dirigente del
Frente de Liberación Popular (FELIPE), fue detenido en Barcelona en 1962 y
encarcelado; posteriormente lo sería en
Madrid en 1969, cuando la caída de los cuatro militantes comunistas y entre ellos Enrique Ruano, vilmente
torturado y asesinado en sus dependencias por la policía franquista. Este
hecho, como me relató en más de una ocasión, le dejaría un dolor profundo por
sentirse de algún modo responsable, ya que consideraba que el conocido era él,
“el pez gordo para la policía”, con la consiguiente repercusión en los demás.
Establecido más tarde en Paris, José conocería a la que
sería su compañera y esposa hasta el
final, Irene Castells Oliván, profesora universitaria de Historia
contemporánea, comprometida con la izquierda radical y huida rapidamente hacia
el exilio francés, según ella me relató, por la discreta frontera de Canfranc,
cuando la caída de sus camaradas catalanes del Pce m-l en Andalucia . Así,
que en el final de la dictadura, el testigo militante de Irene, por así también decir, lo recogería José
pasando a encuadrarse como dirigente del FRAP y
miembro del Comité ejecutivo del PCE m-l. Los años de la transición, con el aparato ya
en el interior lo debieron dejar transido y con cierta desazón por la deriva de
una dirección sectaria y doctrinaria, regida por un dunvirato , en unos tiempos
en que los más preclaros y oportunistas
franquistas con la colaboración y participación de casi toda la izquierda
organizada, incluida la radical, consumaron esa especie de transustanciación ,
haciéndose el verbo fascista carne democrática.
Abandonada esta militancia partidista en los primeros
ochentas, se instaló en Valencia atraído de buena fe por el proyecto reformista
del PSOE, con escasos efectivos en esa Comunidad dirigida por el presidente
Lerma, y trató a buen juicio de dar lo
mejor de sí por su formación intelectual y su inquietud social, en un puesto en esa administración. Pero de nuevo,
según me relató, enseguida conocería las miserias y ambiciones de algunos de
sus antiguos conmilitones , que salidos como él del PCE m-l, pretenderían tomar al asalto la formación socialdemócrata
para sus intereses particulares. Fugado
de nuevo de estas miserias políticas recaló en Barcelona, ocupando un puesto
modesto en la administración municipal hasta su retiro a mediados de los
noventa, viviendo en esta ciudad y entornos con su inseparable compañera Irene
hasta la muerte de los dos, por escasos meses, en este desafortunado 2019.
Conocí a José por
primera vez en 1977, todavía en tiempos preconstitucionales, cuando me hallaba
en Albania y vino entre otros con Manolo Blanco Chivite, recién liberado éste
por la amnistía tras su condena a muerte en 1975 y su conmutación la víspera de
las últimas ejecuciones del franquismo en aquel fatídico 27 de septiembre
. Ambos , eran un buen aval de
presentación, para el dunvirato, ante la
cúpula del país o el Faro Rojo de Occidente, que reconocía al partido
español m-l, como único y verdadero para
la revolución española.
Posteriormente , tras ciertos intervalos, he frecuentado y
departido en los últimos veinte años tanto con José como con Irene, en un clima
de confianza que llegaba a poder llamarnos incluso en apuros de orden personal
y familiar. Ha sido toda una lección de vida, atravesada por la sinceridad y el
ahondamiento en las cosas y circunstancias. Este boceto de la vida de José, que
relato casi de memoria, tendrá sus deficiencias y omisiones, pero espero que en
breve, éstas sean subsanadas con la publicación post mortem de sus memorias ,
como reflexiones de una época, que todavía estaba escribiendo.
Finalmente y como miembro de un modesto Círculo Republicano,
en esta ciudad de Huesca, donde resido, agradecerles infinitamente que toda su
biblioteca, haya sido donada para nuestra asociación e idearios públicos, como
fue su deseo en vida junto con Irene, conocedores y presentes en esta ciudad de
nuestra propagación de la cultura y virtudes republicanas a lo largo del
tiempo.
Que la tierra os sea leve.
¡Honor y Gloria, camaradas, compañeros, amigos!
Huesca, 29 de octubre de 2019.
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