Porque sepa que voy a morir, no pienso dejar de vivir

Toño Moliner acaba de comunicarnos el fallecimiento de Malur. Está en el tanatorio "Hermanos Santander" en la calle La Magantina.

En principio el funeral laico será mañana, día 20, a las cinco de la tarde en el cementerio.

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Se nos ha ido Malur. La jabata que plantó cara al cáncer durante más de dos décadas, la luchadora que lo puso a raya, la mujer que no permitió que la enfermedad hipotecara su vida y que contestaba con un "Porque sepa que voy a morir no pienso dejar de vivir" cualquier mínima insinuación acerca de la conveniencia o no de llevar a cabo alguna actividad.

Se nos ha ido Malur. Nuestra Mariana Pineda, la mujer que hizo de hilos, agujas y trozos de tela elementos republicanos, auténticos gritos tricolores en los pechos de hombres y mujeres que los lucían. Nuestra Mariana Pineda de Huesca, que, puntada a puntada, cosía banderas, desplegaba ideas, animaba conversaciones al calor de un quemadillo en Bielsa, repartía trozos de longaniza y pan en los innumerables almuerzos de alforja que compartimos...

Se nos ha ido Malur. Con la entereza y gallardía que le reconocíamos. Con la serenidad que nos falta a quienes en estos momentos la recordamos. Se nos ha ido la sonrisa suave que escondía ocultos dolores. Se nos ha ido la compañera de la mirada dulce, de la palabra medida, del brillo eterno en los ojos. Se nos ha ido la amiga siempre bien dispuesta, la mujer de la cajita de cartón con pequeños tesoros dentro.

Se nos ha ido Malur. No hay palabras de consuelo; nunca las habrá. Estos son momentos de dolor que hemos de tragar en toda su magnitud en la secreta esperanza que el tiempo calme esta sensación de orfandad que nos invade y que las inútiles palabras de consuelo den paso a la cascada de recuerdos hermosos que compartimos quienes tuvimos la dicha de conocerla.

Se nos ha ido Malur.