Así recuerda un ciudadano oscense el día en que nació su hermana, sin más explicaciones, la expresión de su madre que encabeza este escrito. Era un 23 de agosto (domingo). Según su propio relato, hasta muchos años después no descubrió el porqué de la maldición materna.
Según relataba Manolo Benito, tras un bombardeo republicano sobre la ciudad de Huesca el día anterior, 22 de agosto de 1936, en el que fallecieron dos niños que estaban jugando en el Coso Fermín Galán (hoy Coso Alto), se produjo la mayor saca de presos republicanos en nuestra ciudad. Con los conocidos eufemismos de "puestos en libertad" o “sírvase entregar a la fuerza portadora de esta orden” un total de 96 ciudadanos (90 hombres y 6 mujeres) de Huesca y provincia fueron fusilados, la mayoría en varias tandas en las tapias del cementerio municipal y otros paseados y asesinados en distintos lugares de los alrededores de la capital y trasladados al cementerio municipal por la Cruz Roja.
Según algunos interesados en tergiversar la historia, se produjo esta masacre en venganza y reparación de las dos inocentes víctimas del día anterior. Vano intento de igualar dos muertes, inocentes sí, consecuencia de la guerra y de justificar la decisión de no evacuar a la población civil de la sitiada ciudad, para contraponerlas a los 96 asesinatos de ese día. Casi un centenar de muertos que se sumaban a los asesinados con anterioridad y a los que les seguiría una larga lista hasta completar los más de los 545 que tenemos documentados entre julio de 1936 y enero de 1945 y que este pasado diciembre tuvimos el honor de poder recordar en el Memorial erigido en el Parque Mártires de la Libertad.
Setenta y nueve años han pasado de la mayor tragedia de nuestra ciudad y algunos siguen interesados en que su historia siga pasando páginas sin siquiera ser leída. Aquí, en nuestra “Huesqueta” no ha pasado nunca nada.
Quedan muchas dudas y lagunas acerca de nuestra historia reciente y en concreto del largo asedio republicano sobre nuestra ciudad durante la última guerra española, pero también hay que estudiar el hecho de la no evacuación de población civil para ser utilizada como escudo humano de protección militar. Los historiadores tienen la palabra.
Sirva este breve escrito para, al menos, recordar la historia negra (rojigualda y azul) de nuestra ciudad y seguir honrando la memoria de los que murieron por defender la legalidad vigente que no era otra que el democrático sistema republicano de gobierno, contra un golpe de Estado militar.
Huesca, agosto de 2015
Carlos Escartín Otín
Presidente del Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca.
Recordar el pasado, imprescindible para que hechos tan crueles como el que hoy 23.08 se conmemora no vuelvan a suceder, es algo que todos adminten como necesario pero que se practica muy poco cuando de los perdedores o vencidos se trata. El homenaje a los ciudadanos de Huesca asesinados el 23.08.1936 un deber de los democratas de hoy.
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