La versión "Institutos" de la exposición que fue expuesta en la Sala Saura de la DPH el diciembre pasado ha encontrado acomodo esta tarde en los pasillos del Instituto Ramón y Cajal.
En un sencillo y sobrio acto de inauguración han tomado la palabra los socios de CRMAHU Toño Moliner y Carlos Escartín, así como el profesor Juan Mainer.
Toño Moliner afirma sentirse satisfecho por este hecho. Asegura que quizás en un futuro pueda ampliarse y agradece en su nombre y en el del CRMAHU que gracias a personas como las que han plantado esta exposición en este lugar, las generaciones actuales y futuras de estudiantes sean beneficiarias de una educación en libertad y rigor.
Carlos Escartín centra su intervención en que esta inauguración abre la trinchera de los institutos, supliendo el escaso tiempo que materias tan cercanas en el tiempo tienen en el currículo. Sin alharacas, sin extrañezas en el gesto, la memoria histórica debe ocupar su lugar en el saber académico.
Juan Mainer habla acerca de lo próximo ligando lo expuesto con la realidad del instituto que pisamos. Recuerda la historia de Lorenzo Sipán, alumno recién graduado que pasó del patio del colegio al paredón de fusilamiento; Jesús Gascón de Gotor, profesor de dibujo también fusilado.
Y también recuerda a los victimarios: a Juan Tormo, director y catedrático de Geografía e Historia o Ricardo del Arco, que desde Jaca, conminaba a los "buenos ciudadanos de Huesca" a perpetuar la represión contra todas aquellas familias "enfermas de republicanismo".
Felicitación y reconocimiento a Mainer por su trabajo y al equipo directivo del Instituto Ramón Y Cajal que ha permitido esta exposición de Huesca Bajo el Terror. Es toda una instrucción palmaria para los profesores, estudiantes y personal de servicios esta muestra de la resistencia republicana al asalto faccioso en la ciudad de Huesca, donde fueron pasados por las armas lo más granado, culto y generoso de esta ciudad.Un gran avance para el Instituto, tanto tiempo regentado o influenciado por personajes del siniestro falangismo, como los Tovar y compañía, que además disponían de una capilla para redimir sus pecados y colaboraciones criminales.Una honra también para Ramón y Cajal, que hoy recupera bien su nombre, el que quiso se le enterrara en la fosa común para no ser más que tantos que como pueblo común cayeron desde cayeron desde la guerra de Cuba.
ResponderEliminarSalud y República.
Luz Germinal.