Sois la simiente de los bellos frutos del porvenir
Con lo primero que se encuentra el visitante al acceder a la zona expositiva instalada en el polideportivo Everest de Ayerbe es con una reproducción a tamaño real de la fosa donde fueron descubiertos los restos de los que hoy se homenajean.
Un poco más allá, once austeras cajas destinadas a cobijar los restos óseos, así como los pequeños objetos encontrados junto a los mismos (corchetes, algún botón…) presiden la estancia junto a los retratos (imponentes desde la cercanía del drama) de los fusilados.
Como telón de fondo , una foto mural de los Mallos de Riglós, en degradado tricolor, en la que pueden leerse estas líneas:
“Vuestras almas reposan en el silencio
de la tierra que os vio morir;
no sois muertos vulgares, sois la simiente
de los bellos frutos del porvenir”
Y, envolviendo el escenario donde se desarrollará en unas horas el acto central, la exposición de la barbarie flanqueda por una decena de banderas republicanas; su comisario, Javier Navarro, recopila en la misma inscripciones donde se detallan los nombres de represaliados en la localidad de Huesca, Ayerbe y cercanías, una colección de frases lapidarias instando al genocidio, carteles de la Guerra Civil y documentos varios. Un goteo de asistentes a la misma es la tónica de la mañana.
No les devolvemos la dignidad porque nunca la perdieron
Sobre las cinco de la tarde se inicia el acto de homenaje con la música de Gaiters d´a Terra Plana y las melodías que entona el Orfeón Reino de Los Mallos. Trescientas personas ocupan la práctica totalidad de las sillas colocadas al efecto; dos decenas permanecen en pie ocupando laterales y fondo.
Toño Ubieto, portavoz de la Asociación de Familiares es la primera persona en tomar la palabra para agradecer, en lista interminable las decenas de agradecimientos a particulares, agrupaciones y empresas por su ayuda para culminar este proceso iniciado años atrás. Tampoco olvidará las referencias críticas al caso Garzón y sus consecuencias tanto para la actividad memorialística como para la impunidad de los crímenes del franquismo.
Javier Navarro, comisario de la exposición y arqueólogo de las excavaciones, con una voz a punto de quebrarse por la emoción, se referirá a la dureza del trabajo cumplido (que lleva, en distintos lugares del mundo, décadas realizando), a la presencia siempre cercana y expectante de las familias a pie de fosa y a que su mejor recompensa ha sido el abrazo de Mari Luz Arregui cuando localizaron e identificaron los restos de su padre.
En breve alocución, Francisco Etxeberría , de la sociedad Aranzadi, recuerda que no es la dignidad la que se devuelve a estas gentes; que siempre la tuvieron.
José Mª Azpíroz realiza una completa semblanza histórica acerca de las circunstancias que rodean estos hechos. Para ello, inicia su discurso citando consignas de los jefes del golpe en las que se incidía siempre en la necesidad de la acción más brutal, rápida y despiadada al objeto de inducir un terror paralizante en la población. Su análisis de la represión habida y del silencio que se extiende sobre España llega hasta los tiempos de la transición que califica como una etapa inductora del olvido.
Llegado el turno de los familiares, Mari Luz Arregui y Pedro García expondrán el vacío, el dolor y la ignorancia en la que se sumen las familias. Testimonio emotivísimo el de la niña-adolescente Mari Luz que se asomaba a los Porches de Galicia por si su padre (fusilado) aparecía. No menos el de Pedro que explicaba que a sus tíos se los llevaron porque daban clases gratis de alfabetización. También Manolo, un voluntario en la excavación, tomará la palabra para compartir sus vivencias al borde de la fosa, su temor a, azada en mano, dañar mínimamente un hueso o una evidencia …
Y, al fondo , Los Mallos…
Terminado el homenaje, las cajas parten con rumbos distintos en función el cementerio donde serán inhumadas. En Murillo de Gállego, el autor del monolito, Fernando Torralba, señala la ubicación del mismo; será a partir del próximo lunes. Explica también el significado de los huecos cilíndricos en la piedra arenisca (los vacíos dejados en sus gentes por los fusilados ) y que esos cilindros obtenidos de la piedra han sido pulidos, cortados y dotados de una placa con la que se obsequia a los familiares.
“En el suelo la digna fosa habilitada, en su cabecera el monolito y, al fondo, Los Mallos” concluye el escultor.
La armónica, que toca uno de los presentes, suena más dulce y triste que nunca. "Bueno, otra batalla más", comenta uno de ellos, en su despedida. No puedo por menos que asentir con la cabeza mientras pienso que sí, que otra batalla más...; pero ésta la ganamos.
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