Destacan entre
sus obras las novelas “ Amado Monstruo”, “El Unicornio”, “El crimen del cine
Oriente”,” el castillo de la carta cifrada”, “Misterios de la ópera”,”Cuentos
perversos”, y algunas de ellas han sido llevadas llevadas a escenarios
teatrales fuera de nuestras fronteras. Más conocido en el extranjero que en
España, donde en Alemania o Francia, algunas de sus obras han sido casi best
sellers, ha sido traducido a unos quince idiomas, entre ellos el sueco. Su obra
póstuma” El amante bicolor” será editada, según su amigo y fundador de
Anagrama, Jorge Herralde, a principios del próximo año.
La
personalidad de Javier Tomeo ha sido siempre controvertida, él mismo se
consideraba un personaje raro, solitario, comprometido consigo mismo y con la
literatura como arte que se perfecciona leyendo. Soy aragonés, decía, y no
puedo escribir más que en negro y Buñuel es mi dios; quizá tuvo la culpa la
cultura de Goya.
Sin embargo,
puedo constatar , en encuentros y veladas que tuve con él por mediación siempre
del escritor Ismael Grasa , que tenía un carácter bonachón, un hombre
corpulento al que no le cabía mi anorac que cogíó equivocadamente, que
irradiaba una mezcla de bondad y socarronería. Conversando con él, diría,
parafraseando las referencias hechas a Lorca, que no hacía ni frío ni calor,
sólo hacia que Javier. Fabulador
empedernido, pero siempre cómplice con lo real y verosímil, te contaba
historias extraordinarias, como la de aquel play boy francés, conduciendo su
descapotable, que pereció desangrado fortuitamente por una bella y generosa
actriz española de los años cincuenta,
quien reclinada ante el conductor por las curvas de la costa brava
gerundense, le segó de un mordisco en un frenazo su preciado tesoro, quedando
enterrado su cuerpo en el más cerrado secreto en el huerto del surrealista
mecenas de esa exquisita crapulandia de invitados.
Javier Tomeo
trabajo fuerte en la literatura e impulsó y animó a toda una generación de
escritores jóvenes, especialmente en Zaragoza, Nunca quiso doblegarse ante nada
y menos ante las instituciones, un ser antianodino como se ha dicho, que jamás
“templó gaitas” con nadie. Eso sí, descansaba libérrimamente, a ratos, por los
bancos del entorno del Paseo de San Juan barcelonés, donde residía, conversando
también con indigentes o necesitados de culto, al más puro estilo
valleinclanesco, y a los que a más de uno les sufragó dentaduras postizas para posibilitarles
siquiera sus frugales ingestiones.
En Suiza dio
varias conferencias, como invitado en 2007, por Irene Suárez , al coloquio
internacional en la facultad de letras de la Universidad Neuchatel, sección de
hispánicas, Y posteriormente en 2010, en la correspondiente de Zurich, donde
tuve la ocasión de contactar de nuevo con él, cuando yo residía en Ginebra, y
fijar una conferencia en la librería Albatros por requerimiento de Rodrigo
Díaz, gran admirador de su obra.
En el funeral
laico en Barcelona, se dará el último adios , a este entrañable escritor, quien
estando en las últimas, les dijo en una
visita que le hicieron al hospital el escritor Grasa y el editor Herralde: “
hasta siempre, iros a vivir”. Hasta siempre,
Javier Tomeo .
José Mª Adé Buil
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