También recordamos con afecto el magnífico trato dispensado por Alfredo tanto a los republicanos oscenses que visitamos Vicién como a nuestros invitados, descendientes del exilio franceses e italianos que se acercaron al cementerio de la localidad a depositar unas flores a los muertos por la libertad y a conocer los vestigios de la guerra española del 36.
Que la tierra te sea leve, Alfredo.
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