miércoles, 8 de mayo de 2024

Concordia, que algo queda.

Asistimos, hace escasas fechas, al intento de Vox de cambiar el consensuado nombre del "Parque Mártires de la Libertad" por el de "Parque de la Concordia". Intento, afortunadamente, fallido por el ejercicio de sentido común que tanto gobierno municipal como oposición supieron ejercer votando en contra. Obvio hacer un juicio acerca de las intenciones de los proponentes, pero, visitando en youtube por enésima vez el contenido de las alegaciones (ahistóricas, maniqueas, pretenciosamente equidistantes...) no puedo por menos que sospechar de un evidente ánimo de confundir, enturbiar y, en definitiva, "echar tierra" sobre el recuerdo de esas 545 personas en virtud de un argumento falaz que busca, en el tótum revolútum, equiparar responsabilidades e igualar culpas en cualquiera de los actores del cruel drama español cuyo inicio los historiadores (excepto algún recalcitrante  interesado que mira a octubre del 34, con evidente intención de justificar lo injustificable) sitúan a mediados de julio de 1936.

En Huesca, en esta ocasión, prevaleció el conocimiento no sólo de la Historia (así, con mayúscula), sino también el conocimiento de la historia más cercana, más local y, no por ello, menos importante. Prevaleció el conocimiento de la idea, de su desarrollo posterior, de la acumulación de voluntades, de los esfuerzos individuales, del deseo de suturar y cerrar definitivamente la herida que supura. Y en ese empeño, todo se sometió a consenso (concordia, si prefieren ese vocablo) de todas las partes actoras. Desde la imagen que inmortalizaría el homenaje de Huesca a quienes todo lo perdieron en ese oscuro pasaje de nuestra reciente historia (recordemos aquí el extraordinario trabajo del arquitecto municipal Pedro Lafuente), hasta la especialísima pieza musical que sonó especialmente compuesta para la ocasión por el recordado Antonio Viñuales (Endecha 545), el contenido de la placa conjunta Ayuntamiento- CRMAHU, el protocolo de ambas inauguraciones (la institucional y la oficial) y, por supuesto, el nombre con que será conocido este parque que, junto a la memoria de tantas víctimas, atesora otros valores botánicos y paisajísticos (extraordinario resultado del trabajo del Ingeniero de Montes Francisco Bergua) que han sido repetidamente reconocidos dentro y fuera de las fronteras oscenses.

Esta ciudad tiene una fecha icónica de la vergüenza: el 23 de agosto de 1936, el día de las sacas. Casi un centenar de personas sucumbieron víctimas del odio y las ansias homicidas de "los buenos vecinos de Huesca", que escribió Max Aub.

Esta ciudad tiene una fecha icónica de superación del pasado con la conciencia limpia de quien ha hecho lo correcto: diciembre del 2014. En su edición del día 13 del citado mes y año, el referente en ese momento del periodismo oscense, Diario del AltoAragón, recogía la noticia de la inauguración con este titular: "Huesca salda su deuda histórica con los fusilados por la dictadura".

Testigo de esos sucesos puede aún verse en youtube el film "Memorial 545. El documental...". Un ejercicio cinematográfico de 42 minutos, gratuitamente ejecutado y gratuitamente puesto a disposición de toda la ciudadanía, que recoge desde testimonios y vivencias de familiares directamente afectados a intervenciones de todos los grupos políticos con presencia en el consistorio municipal; desde impresiones y confidencias del arquitecto municipal que lo diseñó, a sensaciones musicales del compositor cuyo fondo sonoro musicó; desde los rostros de las personas que leyeron parte de la larga y triste nómina (algunos muy conocidos y militando en opciones de todo el espectro ideológico) a otros, absolutamente desconocidos y que acompañaban el acto conjurando los propios recuerdos.

En suma, un acto que fue y sigue siendo una auténtica lección de búsqueda de concordia bajo los parámetros de "verdad, justicia y reparación" que debieran seguir las acciones humanas que buscan la superación de conflictos con el conocimiento y la certidumbre de no repetición.

Desde entonces, el Parque Mártires de la Libertad se ha convertido en un punto de encuentro. Lugar de descanso o  tertulia tras la subida que los años se encargan en hacer más penosa cada vez; en excelente observatorio de la ciudad y su entorno donde poder tomar fotografías. En, en suma, inmejorable lugar para la reflexión y el recuerdo pudiendo depositar una flor en cualquiera de las cuatro placas que recogen los nombres y fecha del asesinato de cada una de las personas homenajeadas. Y se consolidó, además, como punto de arranque de recuperación de restos humanos , identidades e historias que han llevado el cierre del duelo a más de una treintena de familias.

Y es que la concordia no se legisla, porque es imposible hacerlo sobre los sentimientos. Ni tampoco se usa para tratar de reinfectar heridas que están en proceso de curación. La concordia se practica, aunque en ocasiones haya quien, cegado por odios personales y nefasta praxis política, pretenda prostituirla sin el menor decoro.

Entretanto, quien desee conocer el mayor acto de concordia real que en Huesca ha sucedido en los últimos tiempos (sin histrionismos, sin navajeos, sin utilización bastarda del lenguaje, con verdad...) tan sólo tiene que abrir su navegador y escribir esta URL: https://youtu.be/zZ5I0a6LsdM?si=jdoysRKXssE3thJ1  o , simplemente, escribir "Memorial 545. El documental" en Youtube. Es seguro que no te dejará indiferente.


Carlos Migliaccio (Neofato)

Responsable Comunicación y Prensa - CRMAHU




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